San José, un santo ‘Con corazón de padre’.

La asociación civil San José (Szent József en húngaro) de los húngaros católicos de Argentina es una organización sin fines de lucro. Ha nacido gracias a la suma de las voluntades de algunos laicos comprometidos y principalmente como fruto del trabajo incansable que viene realizando el equipo de la Diáspora del Episcopado Húngaro, para hacer llegar la buena nueva a todos los hombres de buena voluntad. En particular a los húngaros y sus descendientes dispersos por el mundo.

Esta idea que hemos materializado, ha nacido a la luz del Congreso Eucarístico Internacional de Budapest en el año 2021. Y siendo este el año de San José, patrono de la Iglesia universal, nos pareció providencial que como ha escrito el Papa en su carta apostólica «Patris corde» adoptemos para nuestra institución el nombre del santo ‘Con corazón de padre’.

En este sentido compartimos la reflexión que el propio Santo Padre hace sobre san José:

«Por eso, al cumplirse ciento cincuenta años de que el beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, lo declarara como Patrono de la Iglesia Católica, quisiera —como dice Jesús— que “la boca hable de aquello de lo que está lleno el corazón” (cf. Mt 12,34), para compartir con ustedes algunas reflexiones personales sobre esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana. Este deseo ha crecido durante estos meses de pandemia, en los que podemos experimentar, en medio de la crisis que nos está golpeando, que «nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes —corrientemente olvidadas— que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo. […]

Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración. Cuántas personas rezan, ofrecen e interceden por el bien de todos». Todos pueden encontrar en san José —el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta— un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad. San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos o en “segunda línea” tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación.»

Estamos convencidos que esto no se trata del mérito de los hombres, sino que una vez más el Espíritu Santo de Dios sopló en los corazones avivando el fuego de Pentecostés para que salgamos en busca de nuestros hermanos. Ha sido tomar el ejemplo de lo visto y oído para sumar voluntades y colaborar desde nuestro humilde lugar en el enorme plan de Dios siguiendo el ejemplo de san José.

San José, un santo 'Con corazón de padre'.